Entrevista al presidente de la Asociación Italiana de Turismo Responsable

Maurizio Davolio, presidente AITR

En el mes de mayo Maurizio Davolio, presidente del AITR, Asociación Italiana de Turismo Responsable, llegó a Bolivia para una misión exploratoria en la que encontró al Viceministro de Turismo, agencias de viajes y a los responsables de algunos proyectos de turismo comunitario en Bolivia. Asimismo, visitó a la comunidad de Chipaya para evaluar la posibilidad de insertar el destino en su oferta turística. Hemos aprovechado la visita de Maurizio en La Paz para hablar un poco de turismo comunitario con él.

Que se entiende con el concepto de turismo comunitario?

Existen varias definiciones de turismo comunitario, que presentan fuertes similitudes. El Tourism Concern, una histórica y prestigiosa organización británica define el turismo comunitario como una “forma de turismo cuyo objetivo es incluir y beneficiar a las comunidades locales, en particular a los pueblos indígenas y aldeanos en las zonas rurales del ‘mundo en desarrollo’”. Todos los proyectos de turismo comunitario deben dar a la gente local una parte justa de los beneficios/ganancias y la palabra para decidir cómo gestionar el turismo entrante. No solo la comunidad recibe un beneficio del turismo, pero también adquiere conciencia del valor social y también comercial de su patrimonio natural y cultural y por lo tanto se estimula a su preservación.

El turismo comunitario ha encontrado oportunidades de afirmación y difusión en países del sur del mundo, ósea, en América Latina, África, Asia y, en su mayor parte, en áreas atrasadas desde un punto de vista económico y empresarial. En general, estos son lugares donde viven pequeñas comunidades, con graves problemas de desarrollo económico, a veces afectados por fenómenos o por riesgos de emigración.

Cuáles son las condiciones del turismo comunitario?

En primer lugar, la existencia de una comunidad, que es un núcleo de personas que viven en el mismo lugar, enfrentan más o menos los mismos problemas y comparten una idea, un proyecto, objetivos. Sin embargo, la comunidad local está constituida por habitantes permanentes, quienes a través del turismo comunitario identifican objetivos de interés común.

La distribución equitativa de los beneficios económicos es muy importante para crear y mantener un consenso en torno a la iniciativa y para evitar posibles rivalidades, celos, malentendidos que se generan cuando son pocos los que ganan y muchos los que se quedan con la boca seca.

Dentro de la comunidad, debe llevarse a cabo una acción de exploración profunda para identificar quién está en condiciones de ofrecer algo interesante, a partir de la suposición de que lo que parece trivial para el residente puede ser interesante para el turista o visitante: por ejemplo, un oficio antiguo, producciones agrícolas tradicionales, tradiciones culturales.

Cuáles son los riegos potenciales en la implementación de una experiencia de turismo comunitario?

La experiencia del turismo comunitario no es inmune a riesgos. En los países de América Latina y también en África ha habido muchos fracasos, que han sido objeto de un análisis preciso.

Uno de los problemas más serios es la falta de atractivos. Consideren, además, que las agencias que han dado vida al turismo comunitario en los diversos países del Sur del Mundo no tienen o no tenían una tradición de trabajo en el campo del turismo. Así, en proyectos de cooperación orientados al desarrollo del turismo local, se cometieron errores de todo tipo: se subestimó el aspecto del atractivo, se ignoró el problema de las distancias, el transporte y la seguridad, no se consideraron adecuadamente los problemas higiénicos y sanitarios y del confort mínimo para garantizar a los huéspedes, no se proporcionaron la capacitación profesional y técnica adecuada de los operadores. Las cooperativas se establecieron de manera burocrática sin una preparación adecuada previa de los futuros miembros a los valores y reglas de la forma cooperativa. En la población local se generaron expectativas desproporcionadas, destinadas a permanecer decepcionadas. La promoción no fue atendida, un componente fundamental del marketing. En muchos casos, la no llegada de turistas o la insatisfacción manifiesta de los pocos huéspedes marcaron el final de varias experiencias de turismo comunitario.

Al igual que el turismo comunitario, diseñado para el Sur del Mundo, también se puede desarrollar en países europeos como Italia, los motivos del fracaso del turismo comunitario en el Hemisferio Sur también pueden repetirse. Por lo tanto, los proyectos deben prever una actividad fuerte e inteligente de identificación, calificación y despliegue de todos los elementos de atracción; una adecuada actividad de formación profesional; gran atención a temas de seguridad e higiene; un nivel aceptable en la calidad de servicios y confort; una representación justa, realista, dirigida a la población local, de las posibles expectativas y de los posibles resultados esperados y un gobierno enérgico de todas las acciones.

Como se ha desarrollado el turismo comunitario en Italia?

Como he dicho antes, el turismo comunitario se desarrolló inicialmente en países del hemisferio sur. Sin embargo, a principios de los años noventa, se lanzó una reflexión en Italia sobre el valor universal de los principios y valores del turismo responsable, del cual el turismo comunitario representa una de las formas posibles, quizás la más auténtica y avanzada.

La reflexión parte de AITR, la Asociación Italiana para el Turismo Responsable, que en 2002 aprobó una Carta llamada «Bel Paese Buon Turismo» en la que los principios y las reglas del turismo responsable están sujetos a una relectura adaptada a la realidad de un país con una larga y consolidada historia de turismo.

La Carta propone un turismo lo más inmune posible a las patologías encontradas en los países del sur del mundo (ausencia de un papel activo de las poblaciones locales en las decisiones, pérdida de ingresos en favor de empresas extranjeras, inestabilidad ambiental, trivialización de la cultura local, la creación de problemas sociales y humanos muy graves, como la prostitución, etc.) y orientados de manera decisiva a la mejora del patrimonio cultural local, tanto material como inmaterial, a la búsqueda de aspectos de identidad en la oferta turística, a la interrelación positiva entre turistas y residentes, a la afirmación de la soberanía de las poblaciones locales en las opciones relacionadas con el desarrollo del turismo, la creación de oportunidades para el espíritu empresarial, el empleo y los ingresos.

Nos podría contar una experiencia de éxito en Italia?

Claro: la cooperativa Valle dei Cavalieri nació en Succiso, en la provincia de Reggio Emilia, después de un desastroso derrumbe que en la década de 1970 produjo la emigración y el abandono de actividades. La cooperativa Valle dei Cavalieri reaccionó reuniendo la energía restante disponible en el territorio. Hoy en día, la cooperativa tiene una granja de ovejas donde produce queso de oveja y ricota, una tienda de comestibles, un agriturismo establecido, con habitaciones y restaurante y un bar que se ha convertido en un punto de encuentro para la población local y para los clientes que vienen de fuera.

Alberga en su propio local la oficina de correos que arriesgó el cierre y un centro de información del Parque Nacional. Ofrece alquiler de bicicletas de montaña y maneja un minibús para llevar a los niños a la escuela. El pueblo se ha regenerado, toda la comunidad se beneficia de la existencia de la cooperativa.

Aparecieron artículos elogiosos en la prensa, la cooperativa ganó notoriedad y delegaciones vinieron del extranjero, incluso de países asiáticos.

Como fue su experiencia en Chipaya?

La gente de Chipaya tiene una larga historia que merece gran atención y respeto. Durante mi misión, conocí gente abierta, amable y amigable, pero sentí que ha habido experiencias pasadas que han dejado cierta forma de desconfianza y precaución.

El territorio habitado por el pueblo Chipaya ofrece una gran cantidad de atractivos: dunas y las aguas, el salar de Coipasa, la arquitectura, los sistemas de actividad agrícola, el museo, los animales de pastoreo, la cocina, el espectacular cielo estrellado, la vestimenta, la música tocada con instrumentos tradicionales.

Pero todo debe ofrecerse a los visitantes manteniendo la identidad, la autenticidad; oportunidades de ganancia y empleo deben crearse tanto como sea posible, pero evitando distorsiones en la vida de las personas. El turismo nunca debe reemplazar otras actividades, sino que debe agregarse e integrarse armoniosamente.

Nuestros amigos de Chipaya vendrán a Italia a finales de año, estoy seguro de que haremos cosas hermosas juntos y que el proyecto producirá los resultados esperados.